domingo, 8 de agosto de 2010

Soñar...


Te limitas a soñar tumbada en tu cama, aunque tengas mil cosas que hacer, simplemente pierdes el tiempo, te limitas a pensar en cosas que pueden o no pueden ser posibles, que quieres que sean posibles.


Tu mente se mete en mil lugares distintos, en sitios que ni siquiera pueden llegar a existir, se disfraza con mil y una caretas con las que hace que todo sea perfecto. Disfrutas de cada escena, como en una pelicula de Robert Redfor.

Sonries con cada cosa, con cada insignificante momento, incluso se te pone el bello de punta y revolotean esas incansables y dulces mariposas en tu estómago. Una descarga de adrenalina inunda cada poro de tu piel, cada parte de tu cuerpo se ve envuelta en esa sensación que no quieres que acabe. Rozar la perfección, llegar a tocarla con las yemas de los dedos, saborearla con los labios, poder pensar, !SI!

Y de repente, te despiertas en tu cama, agarrada a las sábanas, sedosas, suaves, complices de tu sueño, de tu bienestar, y por último te descubres diciendo:

lástima, solo un sueño.

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