Hay quién a venido al mundo para enamorarse de una sola y detarminada persona y, consecuentemente,
no es probable que tropiece con ella.
Pero aún así, creo que vale
la pena correr el riesgo
de intentarlo.
Como un libro sin páginas, como un hombre sin colonia, como una mujer sin brillo en los labios, como un perro sin su dueño, como un atardecer sin sol, como un payaso sin nariz, como un corazón sin latir, como un wisky sin hielo, como una madre sin su hijo, como un cielo sin estrellas... como una vida sin ti.